Por fin aprendí a decir que no

Durante muuchos años y obvio sin darme cuenta hacía todo lo que podía por “quedar bien” con todo el mundo, la verdad ni se porque lo hacía, pero el caso es que finalmente aprendí mi lección.

No sé cómo o porque sucedió pero digamos que “ me cambio el chip” y ahora dejé de estar disponible para los que me buscan solo cuando me necesitan, cuando se sienten solos, cuando no tienen nada que hacer y por supuesto cuando yo no tengo ganas.

Hacía todo por estar ahí, incluso en relaciones pasadas casi ni dormía, o de plano hasta dejaba mis obligaciones o cosas pendientes por estar donde tal vez nunca se dieron cuenta de lo que en realidad intentaba hacer por esas personas y claro en ningún momento me voy a arrepentir porqué gracias a eso ahora se decir que NO.

Me tomó mucho tiempo poder disfrutar de estar un tiempo conmigo misma, digamos que con mi soledad o si eres muy positiv@ pues con mi propia compañía. Así que estoy en la etapa de mi vida de poder sacarle todo el provecho a Netflix y a mi sofá 🙂

Obvio no solo se trata de decir que no para salir, se trata de alejarse de personas que antes creíamos que eran buenas para nosotros o más bien que no queríamos abrir los ojos para aceptar que eran malas personas, se trata de decir que NO a un trabajo que no me llene, a una relación que no me sienta que puedo dar y recibir lo mismo. Físicamente también se trata de decir que no cuando sientes que es momento de descansar, de tomarse un break y porqué no hasta de comer mejor. Y ni se diga si es algo que te compromete o hasta es ilegal!

¿Y sabes que es lo mejor de todo? ¡¡¡¡Que para nada me siento culpable!!!!

Al contrario, es un alivio el decir que NO cuando no estoy de acuerdo, cuando no se me antoja y cuando NO quiero y punto. Si no lo entienden los demás es SU problema. Y ya se que puede sonar muy obvio, pero en serio que a veces no nos damos cuenta de que tenemos todo el derecho a decir que NO.

Dejemos de querer quedar bien con todo el mundo, que, por cierto, nunca sucede y mejor quedemos bien con los que realmente vale la pena: con nosotros mismos.